En Facebook abundan los grupos que hacen referencia a la crianza consciente… o respetuosa… o con apego (a estas alturas ya no sabemos ni cómo llamarla), con todos sus subtipos de lactancia, porteo, sueño. Son grupos a los que te unes, o al menos yo lo hice así, para poder compartir dudas e inquietudes, en un entorno de comprensión, ya que te supones entre gente que piensa de forma similar a la tuya.
Así parece al principio. En ellos se habla de todo lo que concierne a la crianza más allá del sentido estricto, por ejemplo, he visto a porrillo consultas sobre sillas de auto (si tenéis dudas a este respecto no os perdáis Que los niños viajen a contramarcha (por favor)) y en los que algunas madres se desahogan cuando sienten que la vida se les viene encima (quien dice la vida, dice la descomunal rabieta que ha tenido su hijo ese día, por ejemplo). Y hasta ahí esos grupos están muy bien. El problema viene cuando en algo piensas de forma diferente.
Cuando piensas de forma diferente existe poco respeto, por más que esos grupos lo lleven en el nombre. Se trata de respetar a los niños, no a los adultos, dicen. En mis algo más de tres años de maternidad he tenido sobradas muestras de que los peques aprenden por imitación. También sé, y esto no me lo da la maternidad, sino la vida, que somos mucho de lo que retratamos a través de la pantalla, porque ésta nos da la impunidad propia de la distancia. Permitidme que ponga en duda que alguien que respeta tan poco a quien pasa por sus mismas cuitas respete tanto a sus hijos.
Desde hace tiempo vengo observando en muchos de esos grupos esa especie de lapidación comunal en la plaza pública que es Facebook. Desde hace meses, cuando veo un post especialmente polémico, o a raíz del cual se ha generado polémica, me lo salto. Puedo llegar a entender algunas maneras de expresarse porque al inicio de mi maternidad yo también fui muy vehemente con ciertos temas, pero otras se escapan a a mi comprensión. Nadie está en posesión de la verdad absoluta de nada. Y como me decía una amiga hay veces en las que NECESITAS dejarle la tableta un rato para poder hacer tú algo. Cuando la maternidad pasa por el tamiz de la renuncia mal paso estamos dando.
El caso es que, excepto en las cosas de seguridad estrictas, como lo de viajar a contramarcha, he decidido que es mejor ser un poquito más laxa y feliz que férrea y amargada. Asumo el riesgo el día que vamos a comer a McDonalds, por ejemplo, y no me flagelo cuando le pongo una película porque necesito trabajar en el ordenador, aunque intento que sean pocas veces. Pese a que nunca he publicado en ninguno de esos grupos, sí he comentado y asistido a esa lapidación de la que hablaba antes.
Con lo que me cuesta tomar decisiones, en este momento de mi vida he tomado dos. La primera que no quiero trifulcas (sólo las inevitables) ni malos rollos. Como consecuencia de esta ha llegado la segunda: me he ido. Podría haber seguido mirando desde el escondite, pero no. Solo quiero gente que sume, que aporte. Y puedo decir que de esa voy servida. Si estás dispuesto a dialogar, aún desde posturas enfrentadas, te tiendo mi mano. Te escucharé y probablemente te interrumpiré para darte mi punto de vista (ya he comentado antes que soy apasionada), no me lo tengas en cuenta. Pero si lo único que te apetece es juzgar, no soy tu chica. Yo, como diría Extremoduro, me estoy quitando.
Imágenes: Pixabay
18 respuestas a «¿Hasta dónde estás dispuesto a respetar?»
Totalmente decacuerdo. Como criar en el respeto y la empatía si no tienes lo más mínimo de uno ni de lo otro.
Yo tb me estoy quitando
Un beso
Carmen.-
Me da que al final todas recorremos caminos similares… Yo necesitaría un pensadero como el de Dumbledore para vaciar de vez en cuando la cabecita.
Un beso fuerte, Carmen y gracias por pasarte, como siempre. Más linda que eres <3
Hay que respetar todas las formas de crianza. Yo creo que hago lo mejor para mis hijos. Yo elegí lactancia creo que es lo mejor, pero no juzgo a quien no quiera aunque piense que deberían. Y asi con todo. Aprendes a no juzgar cuando eres juzgada. Un beso
Yo no haría las cosas como otras mamás a mi alrededor, pero estoy segura de que ellas hacen las cosas como creen que es mejor para sus hijos y sus familias. Aceptar esto me ha llevado tiempo, pero al fin lo he conseguido. Vive y dejar vivir. Un besote.
Me parecen dos decisiones muy acertadas, Let.
Un saludo
A ver si le cojo el truquillo a esto de decidir y dejo de bandear por la vida 😉 Un abrazo.
Bravo!! El respeto es un pilar fundamental de un sociedad libre y eso es lo que queremos para nuestros hijos, ¿No?
Un abrazo
Eso pienso yo también, aunque viendo ciertos comportamientos y comentarios a veces lo dudo. Gracias por pasarte. Un besote.
Fantástica reflexión, que quizás todos deberíamos hacer, antes o después. Y si tienes ya la piedra en la mano para lapidar… mejor antes.
Por lo que llevo visto en estos tres años de crianza llegar a esta conclusión acarrea un peaje: el de haber pasado por la lapidación… y en muchas ocasiones el de haber lapidado. La pasión nos puede. Gracias por pasarte. Un abrazo.
Ayer presencié una situación (otra más) vergonzosa en un grupo de crianza en Facebook. Ni voy a repetir las cosas que leí ni a aclarar de lo que se hablaba, porque esa no es la cuestión. La cuestión es que, como muy (pero que muy) bien dices, los niños son esponjas: aquellas actitudes que ven en sus padres serán las que les sirvan de base en su desarrollo.
Tengo que decir que en ningún otro campo he visto faltas de respeto como las que hay en el mundo de la maternidad (a mi parecer, basadas todas en una profunda falta de confianza y autoestima). No puedes defender la crianza respetuosa, el parto respetado y más cosas que lleven de apellido el respeto si eres una intolerante, dañina, destructiva, insolidaria, si no sabes lo que es la empatía, si todo lo basas en que quienes no piensan como tú es porque no están bien informados. De verdad que me da una vergüenza ajena terrible leer según qué cosas.
Es una verdadera pena, porque los grupos de crianza, lactancia, embarazo, etcétera, pueden ser verdaderamente útiles, pero en todos hay gente con más ganas de destruir que de construir y… que no se engañen! Tan informadas que están y tan poseedoras de la verdad absoluta que son algunas… eso es lo que enseñan a tus hijos: «respeta, pero sólo a quienes piensen como tú».
Solo me he quedado en un grupo, en el que coincidimos y he visto algo que no me ha gustado aunque Maca lo lleva con mano férrea y sé que no se desmandará. Si lo hace me iré también. Ya no me compensa asistir al circo de los romanos, no me va el despelleje. Respeto, respeto y respeto. Es el único secreto de la vida, hasta al que no te respeta. Y fíjate que me cuesta a veces mantenerme. Pero yo entiendo el 2.0 para otra cosa: para ayudarnos, darnos soporte, hacer tribu. El que venga a otra cosa no me va a encontrar.
Un beso.
¿te has dado cuenta tu tb? A mí me pasó el año pasado x estas fechas con un grupo de estos. También me estoy quitando. Yo no pertenezco a ningún grupo. De hecho una de esas mami chupi way que lleva un grupillo de esos decía q me iba a denunciar… Si yo te contará……
Muy acertada decisión.
Mi cuñada sigue grupos de este estilo en Facebook y no sé si se ocurrirá lo mismo que cuentas, pero yo creo que es necesaria cierta apertura de mente. Ella misma (y mi hermano) reconocen que hay asuntos en los que no saben muy bien «qué es lo mejor», por tanto, se demuestra que hay que tener cierta flexibilidad. A base de prueba y error se aprende, y nadie puede hacer todo perfecto, pero nadie es quien para juzgar tus decisiones. Son tus hijos y tu vida. Pero a veces la gente parece estar en un patio de colegio.
En fin, has hecho muy bien.
¡Un abrazo!
Ese es el tema… cada uno hace lo que puede o lo que sabe o lo que considera… También hay formas y formas de dar la opinión. Se puede hacer sin atacar, pero hay gente que saca la artillería y eso está feo. Gracias por pasarte.
[…] están boca de todos. El acoso a la pareja, el acoso laboral… Ataques personales en el seno de grupos que se autodenominan “respetuosos”. Ya nada nos sorprende pero… ¿y qué hay del acoso familiar? Porque esas rencillas entre […]
[…] de luchas, bastante tengo con lo mío. Lo único que espero del resto de las mujeres de mi entorno es empatía y respeto, lo mismo que ofrezco yo. No negaré que a veces cuesta contenerse cuando alguien hace algo para ti […]
[…] están boca de todos. El acoso a la pareja, el acoso laboral… Ataques personales en el seno de grupos que se autodenominan «respetuosos». Ya nada nos sorprende pero… ¿y qué hay del acoso familiar? Porque esas rencillas entre […]