Hoy he desayunado con dos vecinas que han pasado el albor de la intimidad. Una de ellas pidió una excedencia después de tener su segundo hijo, la otra ha sido despedida, también después de tener el segundo. Luego estoy yo, la desempleada que solo tiene uno. Entre médicos, cursos y gimnasias nos ha costado quedar, tenemos la agenda más complicada que un ministro ;).
Ninguna coincide en la forma de ver la crianza y la maternidad con las otras dos, no de forma completa. Somos de teta y de bibe, de colecho forzoso y de habitación separada, somos de llevar al peque a la guarde y de dejarlo en casa hasta pasado el año, somos madres y mujeres. Y como mujeres, con un café caliente y un rico desayuno, hemos compartido un rato de charla sobre cosas que solo otra puede comprender… sobre todo si también ha sido madre.
Hemos hablado de tener tiempo para una, de olvidarse de sí misma, de prever contratiempos, de cuestiones de pareja, de la complejidad de la vida para ser madre, de la moto que nos han vendido con la igualdad, de roles y funciones, de hombres y mujeres. Y, para mi sorpresa, nuestras posturas, aún siendo diferentes, eran cercanas. El clamor que percibo en redes sociales respecto a conciliación, estrés, problemas de pareja tras la maternidad está en la calle, no es algo aislado.
Y tras este desayuno, en el que me he abierto en canal (porque no sé ser de otra manera) y que ha sabido a poco, me pregunto por qué a veces parece que es más fácil con desnudarse con los de lejos, con los que has conocido a través de una pantalla. ¿Será porque no hay expectativa? ¿Porque, aunque para ti sean muy reales, no te los vas a cruzar haciendo la compra? ¿Porque no ven cómo te vistes o te peinas o las ojeras que te llegan a los pies? ¿Porque puedes exponer tus vergüenzas si te da la gana?
Hoy he vivido el placer de estar un rato entre mujeres, con sus bebés, hablando de cosas que nos preocupan a las tres, en una cafetería bonita, sin estridencias, atropellándonos al hablar por las ganas de compartir. Sin esas guerras que cuentan que tenemos las que optamos por diferentes formas de alimentación o crianza. Sin juzgarnos, compartiendo cada una lo suyo. Me he tomado el café que me tomaría con las amigas que hice a través de la pantalla si estuvieran más cerca y he encontrado lo mismo que encuentro en ellas: comprensión y calidez. Y he visto las mismas sonrisas y ojos brillantes que sé que hubiera visto en ellas. Una vez más me he sentido en las antípodas de lo que el mundo cree que pasa entre mujeres, lo único que he percibido es la comunidad que dice mi amiga Nuria que tenemos. Qué capacidad de hacer que los problemas parezcan minucias solo con juntarnos.
11 respuestas a «Mujeres»
🙂 … y por eso hay que juntarse más!! para reírnos de nuestras miserias!
(¿en serio dije yo eso? pues gracias por recordármelo!! 😉
un besito, Let!
Lo dijiste. Y lo recuerdo muy a menudo. Un besazo.
Por muchos desayunos más! Te ha faltado decir algo sobre: {si te invitan a cenar…invita tú al postre} 😉
Eso me lo guardo para cuando me sale el post feminista a muerte… nunca hay que desperdiciar la inspiración 😉
Totalmente de acuerdo,yo he aprendido muchas cosas de vosotras,siendo de lo que algunas llamarían del otro bando,bibe,habitación desde los 8 meses,guarde desde los 5 y es que sin juzgar se enriquece uno más
Lo has resumido perfectamente: sin juzgar te enriqueces. Un besote, bombón
Las mujeres somos poderosas. Solo tenemos que dejar de querer ser perfectas, de pensar que se nos juzga en cada comentario, y escucharnos, mirarnos a los ojos y entendernos. Porque somos capaces de hacerlo, estoy segura.
Es muy bonito encontrar tu círculo de mujeres, un círculo que no tiene porque ser de mujeres clonadas, sino de mujeres respetadas, porque como tu dices todas tenemos las mismas preocupaciones, todas deseamos lo mejor para nuestros hijos y nadie mejor que nosotras nos podemos entender.
Y yo espero pronto ese café contigo de abrazos y palabras atropelladas…
Muacks!
Y yo, y yo. Malditos kilómetros y falta de carné de conducir. Es importante encontrarse, reconocerse y saber buscar tiempo para estar, de una u otra manera. Un besazo.
Como te entiendo!! Hace unos días me junte con unas amigas, que lo llevamos haciendo desde que preparamos nuestras bodas a la vez… Es un desahogo hablar con alguien tan libremente y quedarte tan bien. Hablar de todo, de cosas serias, de tonterías, de lo que sea… Carga tanto las pilas que deberían ser citas obligadas, al menos una a la semana
Pues tienes razón. El problema es que con las responsabilidades a ver de dónde sacamos el hueco para el «una vez a la semana».
[…] pesan mucho más el par que me he echado encima tras los vermuts vespertinos con mi vecina. Porque las relaciones virtuales que ocupan una buena parte de nuestro día a día carecen de ojos y de boca, de expresiones, de ojeras y de pelos locos y chandal de estar por casa. Y eso lo tengo con mi […]