Lo de que hay tantas maternidades como madres parece una obviedad pero no viene mal recordarlo de vez en cuando… incluso a una misma, a mí misma. Quienes me leeis desde hace dos años largos sabéis bien lo traumática que fue mi reincorporación al trabajo y los problemas de salud que han derivado de ella. La leona que se despertó con el nacimiento de Ojazos, la que descubrió una forma diferente de ver la maternidad, la que se convirtió en una nueva mujer, no podía aceptar, ni mucho menos entender, una separación forzosa a las 16 semanas de vida de mi hijo en un momento en el que ni él ni yo estábamos preparados para ello. Cuando echo la vista atrás veo a una primeriza aterrorizada y triste que no atinaba a ver salidas que quizá hubiera podido tomar. Pero no todas las madres lo viven igual.
Madres y maternidades
